lunes, 28 de abril de 2014

La Unificación nacional en Italia y Alemania

La Unificación nacional en Italia y Alemania

Entre 1848 y 1871, alemanes e italianos lograron poner fin al fraccionamiento territorial heredado de la Edad Media.

Unificación alemana

La Unificación de Alemania fue un proceso histórico que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XIX y que culminó con la creación del Imperio alemán el 18 de enero de 1871.
Antes de la formación de un estado nacional unificado, el territorio de Alemania se encontraba dividido en un mosaico político formado por 39 estados. Entre ellos destacaban, por su importancia económica y política, Austria y Prusia.
Desde principios del siglo XIX, tras las guerras napoleónicas, fue imponiéndose la idea de unificar las distintas organizaciones políticas herederas del Sacro Imperio Romano Germánico en un solo estado alemán. Un paso importante en este proceso fue la formación de un mercado único en la región. A ello contribuyó, sobre todo, la aristocracia terrateniente: los junkers) de Prusia y la burguesía industrial de la cuenca del Ruhr. En 1834 se produjo la unificación aduanera que sumó Prusia a otras regiones alemanas previamente asociadas. Sin embargo, debido a las diferencias entre Austria y Prusia, el proceso de unificación política no pudo llevarse a cabo en la primera mitad del siglo XIX. Desde 1848 fue cada vez más intensa la actividad de grupos nacionalistas que alentaban la formación de un único estado para todos los alemanes.

¿Cómo estaba Alemania en 1870?

El actual territorio alemán estaba formado en la segunda mitad del S XIX por 30 pequeños estados. El proceso de unificación de la actual Alemania se planteó a partir del enfrentamiento entre los dos estados más poderosos de la región: Austria y Prusia.

¿Qué ventajas tenía Prusia?

Prusia era el estado con mayor desarrollo industrial y comercial de la región y había formado una unión aduanera y mercado común -el Zolverein- que integraba su territorio con otras regiones alemanas. Esto le dio mucho poder a su burguesía industrial y liberal, que pudo disputarle el poder a la atrasada aristocracia terrateniente. Todos estos fueron factores decisivos que favorecieron a los prusianos para lograr su objetivo de unificar Alemania.

¿Cómo se produjo la Unificación Alemana?

La unificación se hizo efectiva a través de la derrota de Austria y de una serie de guerras exteriores. Figuras claves de esta estrategia fueron el rey Guillermo I y su canciller el Primer Ministro Otto von Bismarck.
El triunfo militar obtenido en 1870 sobre Francia permitió a los prusianos la creación de un nuevo Estado Nacional: el Imperio alemán o segundo Reich, régimen de carácter autoritario, apoyado políticamente tanto por los conservadores como por los liberales.

¿Qué pasó con Austria?

Tras ser derrotada por Prusia, Austria conformó con los húngaros un nuevo Imperio, el Austro-Húngaro. Se sancionó una Constitución en la que se reconocían como diferentes los poderes políticos de cada reino. Dentro de este imperio convivían pueblos de diferentes nacionalidades y religiones que veían al nuevo régimen como opresor. Esto llevó a permanente rebeliones, una de ellas será la causa, décadas más tarde del inicio de la Primera Guerra Mundial.

Unificación de Italia

La Unificación de Italia fue el proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida.

La península itálica se encontraba dividida en diversos estados , en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas «no italianas» como los Habsburgo o los Borbones. Ha de entenderse en el contexto cultural del Romanticismo y la aplicación de la ideología nacionalista, que pretende la identificación de nación y estado, en este caso en un sentido centrípeto (irredentismo). También se le conoce como el Resurgimiento (Resurgimiento en italiano), e incluso como la Reunificación italiana (considerando que existió una unidad anterior, la provincia de «Italia» creada por Augusto, en la antigua Roma).
El proceso de unificación italiana se puede resumir así: a comienzos del siglo XIX la península itálica estaba compuesta por varios estados (Lombardía, bajo el dominio austríaco; los Estados Pontificios; el reino de Piamonte; el reino de las Dos Sicilias, entre otros), lo que respondía más a una concepción feudal del territorio que a un proyecto de estado liberal burgués. Después de varios intentos de unificación entre 1830 y 1848, que fueron aplastados por el gobierno austríaco, la hábil política del Conde de Cavour, ministro del reino de Piamonte, logró interesar al emperador francés Napoleón III en la unificación territorial de la península, que consistía en expulsar a los austríacos del norte y crear una confederación italiana; a pesar de la derrota del imperio austríaco, el acuerdo no se cumplió por temor de Napoleón a la desaprobación de los católicos franceses. Aun así la Lombardía fue cedida por Napoleón al Piamonte. Además, durante la guerra se presentaron insurrecciones en los ducados del norte, los que luego fueron anexados al Piamonte, con lo cual se cumplió la primera fase de la unificación.
En la segunda fase se logró la unión del sur cuando Garibaldi, inconforme con el tratado entre Cavour y Napoleón, se dirigió a Sicilia con las camisas rojas, conquistándola y negándose a entregarla a los piamonteses; desde allí ocupó Calabria y conquistó Nápoles. En 1860 las tropas piamontesas llegaron a la frontera napolitana. Garibaldi, que buscaba la unidad italiana, entregó los territorios conquistados a Víctor Manuel II. Mediante plebiscitos, Nápoles, Sicilia y los Estados Pontificios se anexaron al reino de Piamonte y al futuro rey de Italia, Víctor Manuel II. El proceso de la unificación no fue producto de la voluntad popular pese a los plebiscitos convocados por Cavour, por tanto la acción del Estado se centró en la construcción de una nacionalidad italiana.

Giuseppe Garibaldi (1807-1882)

Garibaldi comenzó a actuar en política en la agrupación revolucionaria "La Joven Italia", creada por Giuseppe Mazzini en 1830. Participó junto a los "jóvenes italianos" del intento revolucionario de ese año y frente al fracaso, decidió trasladarse a Sudamérica, donde tuvo una activa participación en nuestras luchas civiles y las del Uruguay. En 1848 volvió a Italia y a la lucha, formando en 1860 los "mil camisas rojas", liberando Nápoles y Sicilia del dominio francés.


¿Cuál era la situación de Italia en 1860?

En Italia, la fragmentación territorial en manos de diversos poderes, fue superada enfrentando a las grandes fuerzas conservadoras de la época: el Papado en el centro y la aristocracia terrateniente en el sur.

En el exterior, los afanes nacionalistas chocaron con la oposición austríaca, que dominaba importantes territorios en el noreste de la península.

¿Cómo se inició la unificación?

La marcha hacia la unidad partió del reino de Piamonte y Cerdeña, gobernado por Víctor Manuel II y su ministro liberal el conde de Cavour. La modernización del reino, el más poderoso económicamente y la búsqueda de apoyo contra Austria y el Papado formaron parte de la hábil estrategia de Cavour.

A las acciones desarrolladas desde el norte, se sumaron, en el sur, las del patriota Giuseppe Garibaldi quien a través de la organización de un movimiento popular y republicano, los mil camisas rojas, logró la recuperación de Sicilia y el reino de Nápoles.

En 1871 vencidas todas las resistencias, nace el reino de Italia con Roma como capital.