La Unificación nacional en Italia y Alemania
Entre 1848 y 1871,
alemanes e italianos lograron poner fin al fraccionamiento territorial heredado
de la Edad Media.
Unificación
alemana
La Unificación de
Alemania fue un proceso histórico que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo
XIX y que culminó con la creación del Imperio alemán el 18 de enero de 1871.
Antes de la
formación de un estado nacional unificado, el territorio de Alemania se
encontraba dividido en un mosaico político formado por 39 estados. Entre ellos
destacaban, por su importancia económica y política, Austria y Prusia.
Desde principios del siglo XIX, tras las
guerras napoleónicas, fue imponiéndose la idea de unificar las distintas
organizaciones políticas herederas del Sacro Imperio Romano Germánico en un
solo estado alemán. Un paso importante en este proceso fue la formación de un
mercado único en la región. A ello contribuyó, sobre todo, la aristocracia
terrateniente: los junkers) de Prusia y la burguesía industrial de la cuenca
del Ruhr. En 1834 se produjo la unificación aduanera que sumó Prusia a otras
regiones alemanas previamente asociadas. Sin embargo, debido a las diferencias
entre Austria y Prusia, el proceso de unificación política no pudo llevarse a
cabo en la primera mitad del siglo XIX. Desde 1848 fue cada vez más intensa la
actividad de grupos nacionalistas que alentaban la formación de un único estado
para todos los alemanes.
¿Cómo estaba
Alemania en 1870?
El actual
territorio alemán estaba formado en la segunda mitad del S XIX por 30 pequeños
estados. El proceso de unificación de la actual Alemania se planteó a partir
del enfrentamiento entre los dos estados más poderosos de la región: Austria y
Prusia.
¿Qué ventajas
tenía Prusia?
Prusia era el
estado con mayor desarrollo industrial y comercial de la región y había formado
una unión aduanera y mercado común -el Zolverein- que integraba su territorio
con otras regiones alemanas. Esto le dio mucho poder a su burguesía industrial
y liberal, que pudo disputarle el poder a la atrasada aristocracia
terrateniente. Todos estos fueron factores decisivos que favorecieron a los
prusianos para lograr su objetivo de unificar Alemania.
¿Cómo se produjo
la Unificación Alemana?
La unificación se
hizo efectiva a través de la derrota de Austria y de una serie de guerras
exteriores. Figuras claves de esta estrategia fueron el rey Guillermo I y su
canciller el Primer Ministro Otto von Bismarck.
El triunfo militar
obtenido en 1870 sobre Francia permitió a los prusianos la creación de un nuevo
Estado Nacional: el Imperio alemán o segundo Reich, régimen de carácter
autoritario, apoyado políticamente tanto por los conservadores como por los
liberales.
¿Qué pasó con
Austria?
Tras ser derrotada
por Prusia, Austria conformó con los húngaros un nuevo Imperio, el Austro-Húngaro.
Se sancionó una Constitución en la que se reconocían como diferentes los
poderes políticos de cada reino. Dentro de este imperio convivían pueblos de
diferentes nacionalidades y religiones que veían al nuevo régimen como opresor.
Esto llevó a permanente rebeliones, una de ellas será la causa, décadas más
tarde del inicio de la Primera Guerra Mundial.
Unificación de
Italia
La Unificación de
Italia fue el proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión
de los diversos estados en que estaba dividida.
La
península itálica se encontraba dividida en diversos estados , en su mayor
parte vinculados a dinastías consideradas «no italianas» como los Habsburgo o
los Borbones. Ha de entenderse en el contexto cultural del Romanticismo y la
aplicación de la ideología nacionalista, que pretende la identificación de
nación y estado, en este caso en un sentido centrípeto (irredentismo). También
se le conoce como el Resurgimiento (Resurgimiento en italiano), e incluso como
la Reunificación italiana (considerando que existió una unidad anterior, la
provincia de «Italia» creada por Augusto, en la antigua Roma).
El proceso de
unificación italiana se puede resumir así: a comienzos del siglo XIX la
península itálica estaba compuesta por varios estados (Lombardía, bajo el
dominio austríaco; los Estados Pontificios; el reino de Piamonte; el reino de
las Dos Sicilias, entre otros), lo que respondía más a una concepción feudal
del territorio que a un proyecto de estado liberal burgués. Después de varios intentos
de unificación entre 1830 y 1848, que fueron aplastados por el gobierno
austríaco, la hábil política del Conde de Cavour, ministro del reino de
Piamonte, logró interesar al emperador francés Napoleón III en la unificación
territorial de la península, que consistía en expulsar a los austríacos del
norte y crear una confederación italiana; a pesar de la derrota del imperio
austríaco, el acuerdo no se cumplió por temor de Napoleón a la desaprobación de
los católicos franceses. Aun así la Lombardía fue cedida por Napoleón al
Piamonte. Además, durante la guerra se presentaron insurrecciones en los
ducados del norte, los que luego fueron anexados al Piamonte, con lo cual se
cumplió la primera fase de la unificación.
En la segunda fase
se logró la unión del sur cuando Garibaldi, inconforme con el tratado entre
Cavour y Napoleón, se dirigió a Sicilia con las camisas rojas, conquistándola y
negándose a entregarla a los piamonteses; desde allí ocupó Calabria y conquistó
Nápoles. En 1860 las tropas piamontesas llegaron a la frontera napolitana.
Garibaldi, que buscaba la unidad italiana, entregó los territorios conquistados
a Víctor Manuel II. Mediante plebiscitos, Nápoles, Sicilia y los Estados
Pontificios se anexaron al reino de Piamonte y al futuro rey de Italia, Víctor
Manuel II. El proceso de la unificación no fue producto de la voluntad popular
pese a los plebiscitos convocados por Cavour, por tanto la acción del Estado se
centró en la construcción de una nacionalidad italiana.
Giuseppe Garibaldi (1807-1882)
Garibaldi comenzó
a actuar en política en la agrupación revolucionaria "La Joven
Italia", creada por Giuseppe Mazzini en 1830. Participó junto a los
"jóvenes italianos" del intento revolucionario de ese año y frente al
fracaso, decidió trasladarse a Sudamérica, donde tuvo una activa participación
en nuestras luchas civiles y las del Uruguay. En 1848 volvió a Italia y a la
lucha, formando en 1860 los "mil camisas rojas", liberando Nápoles y
Sicilia del dominio francés.
¿Cuál era la
situación de Italia en 1860?
En Italia, la
fragmentación territorial en manos de diversos poderes, fue superada
enfrentando a las grandes fuerzas conservadoras de la época: el Papado en el
centro y la aristocracia terrateniente en el sur.
En el exterior,
los afanes nacionalistas chocaron con la oposición austríaca, que dominaba
importantes territorios en el noreste de la península.
¿Cómo se inició
la unificación?
La marcha hacia la
unidad partió del reino de Piamonte y Cerdeña, gobernado por Víctor Manuel II y
su ministro liberal el conde de Cavour. La modernización del reino, el más
poderoso económicamente y la búsqueda de apoyo contra Austria y el Papado
formaron parte de la hábil estrategia de Cavour.
A las acciones
desarrolladas desde el norte, se sumaron, en el sur, las del patriota Giuseppe
Garibaldi quien a través de la organización de un movimiento popular y
republicano, los mil camisas rojas, logró la recuperación de Sicilia y el reino
de Nápoles.
En 1871 vencidas
todas las resistencias, nace el reino de Italia con Roma como capital.